Queda un largo camino por andar...

Es difícil decidir las palabras con que inaugurar un blog. Y más uno tan complejo como este.               

Y no digo que sea complejo por vender paja, sino porque como la mayoría de los propósitos que uno se hace en esta vida, este blog precisa de fuerza y valor por mi parte. Este blog, exige que lo mime con cariño y que lo convierta en el recipiente de mis ideas, en un fiel espejo de lo que soy, un confidente de mis delirios, un amigo sin anima.
Y quizás esa sea mi misión, dotar de alma a este blog. Y si alguien llega a leer esto alguna vez, supongo que no me pedirá mucho más de lo que aquí estoy dejando por escrito. Sé que es una gran responsabilidad pero ahí va mi compromiso, espero no fallaros.

Y digo espero, porque aun echando la vista a lo andado, nunca sabremos cuanto nos queda por andar, solo sabremos siempre será más de lo que llevamos. Lo reconozco, ese a sido mi error durante mucho tiempo en los años que llevo vividos en mi corta (aunque a veces intensa) vida. He sobrevalorado mi experiencia muchas veces, creyendo que esta me hacía invencible. En definitiva, he pecado mil y una vez de soberbia, creyendo que ya lo sabía todo. No hace falta que diga lo muy equivocado que estaba ¿Verdad?

En fin... dejemos que el pasado, pasado siga y ocupémonos de los asuntos presentes. Como iba diciendo, este blog es un proyecto muy complejo por mi parte, porque espero que suponga una superación de todo lo que soy por mi parte, porque prometo no abandonar este blog como con el anterior hice, hasta que viva el alma de la que yo lo dote. Y quizás, se un proyecto complejo, porque he empezado a andar, a escribir, desde la perspectiva que menos represente el alma que quiero darle a este sitio. Pero por algo hay que empezar y en definitiva, no voy demasiado mal encaminado. Es hora de seguir andando, pues queda un largo camino por andar...