miércoles, 30 de enero de 2013

Cruce de caminos. (El último, antes del último).

¿Os habéis hallado alguna vez en un cruce de caminos?

Desorientado. Fuera de mi. Buscándome.

Así ando, por mi camino o el de otro, pues ya perdí el rumbo. Pero el camino se bifurca y yo no sé interpretar las señales porque estas, están en el lenguaje del que sabe lo que quiere. Yo no estoy seguro. Y tiene gracia, porque antes, lo tenía todo tan claro...


Recuerdo cuando era más idealista. Cuando siempre había una nueva esperanza, a la que atenerse y por la que luchar. Cuando una revolución, era el lenguaje de la pasión viva con la que me desenvolvía en esta vida. Cuando no tenía vértigo. Cuando, a pesar de mi agnosticismo religioso – hoy absurdo -, conservaba fe. Fe en mi. Fe en los míos. Fe en ella. Fe en mis creencias personales. Pero se me gastó la fe y ya no salto más por ese precipicio.

¿Me rendí? Quizás. ¿Habré crecido? Puede. Aunque lo dudo siempre que caigo en los mismos errores. Pero no puedo evitar mirarme al espejo y al observar el reflejo de otro – otro, que me odia -, preguntarme: ¿Que me ha pasado? ¿Me he convertido en todo aquello que siempre quise? O por el contrario, ¿en todo lo que siempre detesté? ¿Sirven mis argumentos de escudo, frente a los reproches de mi yo más niño? ¿Acaso aquello que siempre desee ser, me desilusiona?

Sigo andando y frente al cruce de caminos, observo el poste que sostiene los carteles que indican los destinos hacia los que llevan. En ellos solo veo estas preguntas. Además de muchas más. No sé en que orden es mejor responderlas. No estoy seguro de querer saber las respuestas. Será que me volví un escéptico sin animo para arriesgar. Así, fallo lo mismo que acierto. Casi nada. Así me cierro casi todas las puertas y si no, ya se encarga ella de cerrarme otras cuantas. Perdí la fe y la esperanza, y si es lo ultimo que se pierde, ya lo perdí todo.

Vacuo. Sin fe, sin idealismo, uno no se siente capaz de arriesgar. Por miedo a perder, o prudencia para no caerme, o por instinto de supervivencia. Así me hallo en mi interdiluvio moral. Por eso añoro a todo viajero que se cruzo conmigo en su camino. Vagabundeo entre los sentimientos de mi corazón, peregrino en la memoria, sin mapa. Reo de mi. Como desde hace años.

¿Os habéis hallado alguna vez en un cruce de caminos? ¿Habéis dudado entre sus disyuntivas? Seguro que sí. Y si no, os invito a que empecéis a vivir. Aunque lo más seguro, es que sabéis que se siente.

Pero “solo el fuerte sobrevive, límpiate esas lágrimas”. Busco apoyo en nuevos ideales. Busco vencer miedos, superar fobias, desquitarme de manías y no descuidar la materia. Tendré que aprobar la asignatura de la vida en septiembre, para no perder la mala costumbre de dejarlo todo para última hora. Yo, que nunca quise pillarme los dedos y que siempre juego a quitarlos en el ultimo momento. Pero lo haré de nuevo. Es lo que toda. “Es más propicio que nunca, sacrificio tras sacrificio, aprender oficio y coger ruta”.

Tentaré al riesgo. Miraré de frente al peligro y no me rendiré. Rendiré.

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias anónimo. Escribo solamente por necesidad y ahora trataré hacerlo con disciplina. Gustarle a la gente me ayuda a decidirme. En serio, gracias!

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  2. Pues si que los he sufrido al igual que todo el mundo.
    La vida en si tiene un cruce de caminos constante.
    Me gusta tu blog, lo añadire a mi lista de blog que acabo de abrir uno hace unos dias. ¡Un saludo! ^^

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    1. Totalmente de acuerdo. Espero poder salir de la duda y avanzar. Y espero que lo logres tú siempre que te halles en una disyuntiva. Espero que aciertes y si no, que el error te aporte algo siempre!Gracias por agregarme a tu lista! Le echaré un vistazo al tuyo.

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